Tengo este tic tan particular, que hace que mis ojos prácticamente solo se centren en las personas y la energía que éstas transmiten, y no hago mucho caso a la ropa. Francamente, lo que llevéis no es importante para mí. Yo misma soy bastante desastrosa con el tema moda/outfit. Si eres de las mías, simplemente trae a tu familia cómoda, cada uno siendo lo más auténtico posible. Evita la ropa con letras muy grandes, los estampados grandes y coloridos o que llamen mucho la atención y sobre todo, los colores excesivamente chillones o fluos, o demasiados blancos, porque distraerán nuestra atención de las personas y los rostros. Los tonos neutros con puntos de color aquí y allá siempre son la opción menos complicada y más vistosa.

Ahhhh… pues espera, porque si eres de las que cuida cada detalle, mi consejo es que elijas primero tu ropa y en función de tu elección, escojas la del resto de la familia. Pero sobre todo no dejes que este tema te quite el sueño ni el buen humor: si la ropa que teníais prevista se ensucia por el camino o la peque está llorosa esa mañana y no quiere ponerse lo que habíais pensado, no os preocupéis por nada: recuerda que es un ratito de disfrute con la familia, y haremos lo posible para sacar el máximo provecho de las circunstancias. Las que sean. Haremos las fotos que nos dejen, y aprovecharemos los ratitos en los que se encuentre más relajado/a y feliz. Nos ajustaremos a él o a ella en cada momento.

En principio, no se realizan cambios de vestuario durante mis sesiones. 

A veces surge algún imprevisto que puede obligar a posponer o cancelar. Ese tipo de avisos los compartiremos a través de WhatsApp.

No worries!

La vida es una aventura. Nunca sabes qué mañana va a amanecer alguien con fiebre, o qué noche algún miembro de la familia va a estar de fiesta hasta las tantas de la madrugada. Así que si no se hace la sesión, no pagáis. Avisadme cuanto antes y la reagendamos, no sweat. 
De momento y hasta nuevo aviso, ésa es la filosofía de empresa que aplica.

¡Para nada! Mis sesiones están pensadas para personas como tú y como yo, familias con peques, con abuelos o tiets y tietes, y mascotas. No para modelos profesionales. Son el tipo de sesión que a mí personalmente me gustaría que alguien me ofreciera si tuviera que contratar una: relajada, cero expectativas, máxima tranquilidad y diversión. 

No retoco, solo cambio algunos ajustes generales. Es decir, la luz, los colores, el encuadre… y poco más. El esfuerzo mayor lo concentro en la toma de imágenes, que procuro sea siempre lo más correcta posible, técnicamente hablando. Eso sí, si algún peque tiene una herida muy evidente, fruto de alguna enfermedad o accidente, puedo editar media docena de fotos (las que elijáis) de forma que no se vea esa señal en algunas imágenes elegidas. Pero básicamente, me gusta todo lo que explica nuestra piel y nuestro cuerpo: tiritas y chichones, tripitas, pelos locos, arrugas… Para mí, ¡todo forma parte de nuestra historia! 

¡Por supuesto! Si vuestra mascota tiene ganas de participar, podrá aparecer en todos los retratos que queráis. Si quiere, claro… ¡que ésa es otra! 🙂 

¡Bravo! Una vez las fotografías en vuestro poder, mi consejo es que imprimáis para enmarcar las que más os gusten, un pelín ampliadas. Y ya sé que da pereza, pero otra opción maravillosa es incluirlas en un álbum familiar anual -que iréis maquetando durante el año para tenerlo listo el último fin de semana de noviembre, (coincidiendo con el Black Friday), lo que os va a permitir imprimir un álbum divino, a precio más que razonable.

¡Tachán!

Aplausos.

De nada.

(En realidad, podrás hacer con tus fotos lo que quieras, una y mil veces: plasmar tu favorita en un objeto -taza, cojín, calendario…- o sencillamente enmarcarla en el tamaño que quieras. ¿Quizá hasta te dé para un álbum pequeñito? Las fotos son tuyas, todas, forever.)

Si se os pasan los dos meses y no habéis encontrado el momento para sentaros tranquilamente a disfrutarlas, o las habéis visto desde el móvil pero no habéis podido instalaros frente a vuestro ordenador y descargarlas, siempre podéis pedírmelas de nuevo. No hay límite de veces en las que podáis reclamar vuestras fotos, y mi récord creo que está en media docena de transferencias. Os las mandaré siempre a la mayor brevedad posible, pero tened en cuenta que en ocasiones pueden pasar algunos días entre el día de la petición y el día del envío.

Vaya por delante que nadie me paga para decir esto: mi web de creación de álbumes favorita es Saal Digital.
Saal es una empresa de revelado alemana que sé a ciencia cierta va a respetar la gama de colores (lo cual es fun-da-men-tal), además de proporcionaros una calidad de papel fotográfico óptima, hasta en su gama estándar.

Es cierto que no es la opción más barata. Lo admito. Pero ya que habéis invertido un tiempo y un dinero en unas fotografías bonitas y de calidad, lo justo es que su impresión sobre papel esté en consonancia y se les haga justicia. Al final, las fotos que más miramos son las que podemos tocar. Pocas sensaciones como la de ir pasando las páginas de tu álbum de fotos familiar entre tus dedos mientras recuerdas cómo erais en ese momento… ¿No crees?

Si lo que queréis es la impresión de una o varias fotos sueltas, os recomiendo acudir a mi comercio de revelado favorito en Sant Joan Despí: Her Store. La calidad de sus impresiones nada tienen que ver con la que ofrecen en otros comercios de la zona, os lo aseguro.